A veces veo eslogans o anuncios en internet que prometen quitarte los ataques de pánico en una sesión o en dos semanas. No voy a poner en duda el trabajo de ningún profesional, pero un ataque de pánico es algo muy jodido como para que se rían así del que lo está padeciendo, y lo ilusionen o esperancen con mensajes engañosos que pueden frustrarlos más. Yo, os veo aparecer por mi consulta de la misma forma que yo aparecí durante años por las consultas de coaching, psicología o psiquiatría: desesperada por una solución. Sin embargo cuando llegamos a estados de nuestra vida en los que estamos tan abrumados, desbordados y sufriendo ese miedo atroz, lo más probable es que la respuesta no sea tan sencilla. Observar qué ha ocurrido antes de ese momento de pánico, oír lo que nos cuenta tu miedo, entender tus memorias emocionales, así como tus herencias emocionales, será necesario para comprehender qué está ocurriendo dentro de ti y poder trabajar en consecuencia. El ataque de pánico no solo te pide que acabes con ese miedo que te atormenta, el ataque de pánico, te pide cambios en tu vida, orden, cerrar círculos, y colocar buenos cimientos en tu estructura mental y emocional. No hay una receta mágica, solo hay un trabajo honrado por parte del profesional, y un compromiso sólido por parte del cliente a solucionar y alcanzar el estado que anhelan. Si estás mal, perdid@, necesitas ayuda, o que te asesoren. Pide ayuda a un profesional, tantea varios y comprueba con quién te sientes cómod@, y no te compares con nadie. Tu historia es tuya: tus heridas, tus vivencias, tu crianza, tus capacidades, tu tiempo… Mídete contigo, confía en ti y en la persona que te acompaña, y te garantizo que más pronto que tarde, empezarás a encontrar paz en todo este lío que hoy te parece insolucionable.