De las cosas que más trabajo cuesta trabajar en sesiones individuales es dejar de hacer de la ansiedad parte de nuestra identidad.

Hay personas que cuando les pides que cierren los ojos y se imaginen viviendo sin ansiedad, no pueden hacerlo. Llevan tantos años viviendo con la compañía de la ansiedad, que han integrado que la ansiedad es tan suya como pudiera serlo un brazo, una pierna, o su apellido.

No ven viable el poder llegar a vivir sin ansiedad. Y Cuando les pregunto porqué no pueden llegar a vivir sin ella me responden que: – “Nunca lo han experimentado” “Siempre he viajado con ansiedad” “Jamás he conducido sin miedo” “No he conseguido nunca estar solo en casa tranquilo”.

El mayor problema de convivir tantos años con el miedo o la ansiedad es que lo hacemos parte de nuestra identidad. – “Me llamo Natalia, soy cantaora y coach, estudiante de 4º de Psicología, y ansiosa”. Pero esto es tan loco como si me parto un tobillo corriendo una maratón y no lo sano durante años, por lo que vivo cojeando y cuando me preguntan quién soy respondo: – “Hola me llamo Manuel, soy pintor padre de cuatro hijos y soy cojo” ¿Te identificas? Querido Manuel, pintor y padre de cuatro hijos: tú no eres cojo, tu estás cojeando porque
ese pie tiene una herida no curada. Ese dolor está haciendo que andes mal y te hagas más daño, y el andar cojeando durante tanto tiempo está ocasionando que integres esa forma de caminar como algo “natural en ti. Necesitas YA hacerte cargo de lo que ocurre en ese pie, con ayuda, y con mucho compromiso. A ti que me lees bell@, no te hagas más daño, no te arraigues más en algo que no forma parte de ti. Trabajar y permítete vivir desde lo que de verdad eres.